Cuenta la historia del momento de iluminación de Buda, que tras haber descubierto el «camino medio», aquel que enseñaría al mundo, fue bajo el famoso árbol de Bodhi y una vez allí, superó tres pruebas más antes de iluminarse.
La primera, se le presentó como cinco chicas que en realidad, eran las hijas de Mara, el señor de la oscuridad, los espíritus de la codicia, el temor, el orgullo, el deseo y la ignorancia.
Al no poder tentar a Buda, Mara se enfadó, y envió ejercitos y todo tipo de fenómenos que pudieran despertar el miedo de Buda, los cuales se disolvían al ser observados de frente en un estado de total neutralidad.
Cuando parecía haber vencido a Mara, se presentó ante él la imagen de sí mismo, con la cual tuvo la siguiente conversación:
Buda: – «Arquitecto, ya tenía ganas de conocerte, no volverás a construir tu casa en mi»
Imagen: – «pero yo soy tu casa y tu vives en mí, y como vas a saber quien eres sin mi»
Buda: – «Señor de mi propio ego eres pura ilusión, tú no existes, la Tierra es testigo de ello».
Y la imagen se transformó en Mara para luego desparecer.
Arquitecto… que metáfora tan bonita para referirse a la mente o ego que diseña rutas de pensamiento en base a la dirección de las emociones y de la supervivencia de si mismo, de la imagen superviviente que tenemos…
Es decir, ante una situación determinada, la mente ya empieza a «montarse la película» de forma «automática», basándose en tus creencias adquiridas y emociones, haciendo de ello una imagen mental de como van a ser las cosas, de quien debes ser tú y tirando de emociones para sobrevivir ante aquello que podemos temer o juzgar creando una realidad individual. Y la mente no parará hasta hallar una conclusión.
Por ello, es de gran ayuda la meditación, porque entrenas tu mente para anclarte al momento presente, a la Tierra, a una realidad más esencial donde la mente tiene menos capacidad de limitarte y dejar las rutas automáticas que realimentan las emociones que te llevan a sacar conclusiones basadas en tus propias creencias.
Es muy productivo tomar conciencia de tus pensamientos, del dialogo interno, como un observador de tí mismo y cuando tomes conciencia de que «la peli está en marcha» te digas «stop!, no eres real, no tiene por qué ser así, gracias por todo.» y soltar… soltar el control y confiar que es posible otra realidad que quizá ni imagines.
La espontaneidad nace del momento presente, no pasa filtros mentales, así que te invito a hacer un Stop mental, para hacer un Start auténtico, donde el hemisferio creativo se pone en marcha!
Y como siempre, en el equilibrio está el bienestar, en el camino de enmedio.
Un abrazo inspirado para ti,
Elena Danasther.